Deja de pensar en él, me dijo el cerebro.
No lo ames, que duele, pidió el corazón.
Sólo te da sus migajas, gritó el orgullo.
Estarás mejor sin él, afirmó la razón.
Sólo una vez más, sollozaron mis ojos
suplicando su visión.
No lo ames, que duele, pidió el corazón.
Sólo te da sus migajas, gritó el orgullo.
Estarás mejor sin él, afirmó la razón.
Sólo una vez más, sollozaron mis ojos
suplicando su visión.
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